En la película Origin (2023), hay una escena en la que se destaca la valentía de un hombre que desafía las normas del régimen nazi. Durante una ceremonia en los astilleros Bloom y Fox, donde los trabajadores están obligados a hacer el saludo nazi, todos cumplen con la obligación excepto uno. Ese hombre es August Landmesser, quien se niega a levantar el brazo en señal de lealtad al régimen.

La protagonista, Emma, narra esta historia y describe cómo August, quien se había unido al partido nazi dos años antes, se enamoró de una mujer judía llamada Irma Eckler. A pesar de pertenecer a la clase dominante, August vio en Irma algo que otros decidieron ignorar: su humanidad, su belleza y su amor. Este amor lo llevó a cuestionar las ideologías impuestas y a desafiar abiertamente un régimen que consideraba ilegal su relación.

Emma reflexiona sobre el coraje de August al cruzarse de brazos en lugar de hacer el saludo nazi. Destaca cómo el amor puede ser una fuerza poderosa que impulsa a las personas a actuar en contra de la opresión y el odio. Analiza cómo, psicológicamente, el amor puede ofrecer una resistencia mental y emocional, brindando fuerza y esperanza en tiempos de desesperación.

Emma concluye que la acción de August no solo fue un acto de valentía, sino también una demostración de la capacidad humana para resistir y desafiar la deshumanización. Invita a la audiencia a reflexionar sobre lo que implicaría ser como él en el contexto actual, sugiriendo que la resistencia y el amor son herramientas poderosas para combatir la injusticia.